En los productos fílmicos de hoy en
día -especialmente los aparecidos en los grandes circuitos comerciales de cine-
el genérico, es decir, los créditos iniciales de la película donde aparecen los
más importantes profesionales que en la filmación de la película han
participado, constituye un gran ausente. Mediante los mismos, el público se
introducía en el imaginario mundo en el que sus héroes, a continuación, habrían
de participar.
Además,
el genérico siempre constituyó un modo de expresión artístico. Letras, fondos,
figuras y música constituían un todo armonioso que, en cierto modo, llegaban a
prefigurar aquello que luego se iba a ver, pues no en vano, cada género
cinematográfico (usamos la concepción clásica género cinematográfico) poseía un
código propio que sólo el tránsito a la modernidad cinematográfica logró
desfigurar.
En las siguientes líneas procederemos
a detenernos en unos pocos modelos por la novedad que en su momento supusieron:
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El genérico a la Lardani.
El estilo de presentación que a continuación procedemos a comentar tiene fecha
y autor. Su creador fue un publicista
italiano, Luigi Lardani, quien para Por
un puñado de dólares (Per un pugno di
dollari, Sergio Leone 1964) diseñó una abertura
llamativa y novedosa. Para ello recurrió
a técnicas de animación basadas en el principio del rotoscope de Max Fleischer (Núñez, 2009: 108), con las cuales
consiguió crear un modelo que llegaría a tener amplia difusión: siluetas
móviles en negativo sobre fondos cromáticos primarios (rojos y amarillos) de
significación propia que contrastan entre sí.
Esta estética es la que presenta el siguiente fotograma del
génerico de Un dollaro bucato (1965)
filme de Giorgio Ferroni y Giorgio Stegani en el que se pueden apreciar una
serie de rasgos:
o El actor Giuliano Gemma quien firmó Montgomery Wood, como se
le en los créditos, pues fue un rasgo habitual en el cine de coproducción europea
de principios de los sesenta en el que se trataba de hacer pasar el producto
fílmico por norteamericano. El director Giorgio Ferroni firmó como Calvin
Jackson Padget y como ellos el resto del reparto y del equipo técnico.
o Los colores de fondo amarillo (que representa el sol y la
luz de los desiertos norteamericano —escenario recreado— y almeriense —plató de
rodaje de exteriores)— y rojo (que simula la sangre y la muerte de todos aquellos
pistoleros que como las sombras del genérico perecen).
o Las sombras negras que simulan abatidos, disparos, el dólar
que da título a la película…
Figura I. Fotograma de Un
dollaro bucato de 1965.
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Mismo esquema se puede
apreciar en el genérico de Sartana, Yo
soy vuestro verdugo de Giuliano Carnimeo (a.k.a. Anthony Ascott) de 1968 en
el que los elementos del fondo (nuevamente rojo) ayudarán a caracterizar, en lo
visual, al protagonista del filme.
Figura II. Fotograma de Yo soy vuestro Verdugo (1968).
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A modo de cómic. Aunque
no tuvo la misma trascendencia que el diseño de Lardani no se puede negar que
la bande dessinée de la película de
Philippe Condroyer supuso una pintoresca novedad. La segunda y última de las
entregas europeas de Tintín (encarnado por el belga Jean-Pierre Talbot) no
llegó al nivel de la primera dirigida por Jean Jacques Vierne. En esta ocasión el genérico permite ya
conocer de antemano el tono de la película, al tiempo que se dejan claros los orígenes del relato audiovisual. Así,
sobre fondo azul e inserto en un bocadillo aparece el título de la película. En
recuadros sucesivos y similares aparece el resto del reparto y del equipo
técnico.
Figura III. Fotograma de Tintín y el misterio de las naranjas azules.
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